
No es malo tener recuerdos y de vez en cuando aferrarse a ellos para seguir adelante, pero cuando vives en un recuerdo la cosa cambia. Vives en algo que ya paso y que ahora ya no esta. No quieres ver las cosas que pasan a tu alrededor por miedo a perder ese recuerdo que ha envuelto tu vida. Estos recuerdos suelen ser de seres queridos que se marcharon hace mucho o poco tiempo. Crees que si dejas entrar en tu mente a la realidad esa persona desaparecerá, pero en realidad al vivir en un recuerdo lo estas forzando y acabas dándote cuenta cuando llega el día en el que no puedes recordar sus gestos, su cara o su voz.
Sin embargo, quién decide eso, es decir, si aquella persona que vive engañada en ese recuerdo es feliz ¿quiénes somos nosotros para arrebatarle esa ternura que su recuerdo le proporciona? Es complicado. Sólo os digo una cosa RECORDAD hasta que vuestra mente no os lo permita.